Fuente: Diario de Toledo, 22 de septiembre
Hace unas semanas, el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, realizaba un brillante análisis
de las consecuencias de la privatizaciones. O como lo vamos a llamar
ahora en Castilla-La Mancha: gestión público-privada. Se resumiría en
menos calidad, más gasto y endeudamiento a largo plazo, connivencia para
hacer negocios con políticos en activo o retirados y nulo control por
parte de los responsables públicos. Por cierto, habrá que estar muy
atentos al desembarco que la Multinacional Capio Sanidad,
cuya subdirectora de Investigación es Teresa Échaniz Salgado, hermana
de nuestro consejero, está haciendo en Castilla-La Mancha.
Certero análisis
el de Krugman que podría aplicarse punto por punto a la privatización
de hospitales en la Comunidad de Madrid y cuyo modelo está el PP
implantantando en nuestra comunidad autónoma. Repetimos: modelo que
supone aumentos del endeudamiento a largo plazo y un mayor coste,
connivencia con políticos en activo o retirados ( Capio/ Lamela,
Unilabs/ Güemes, etc) y nulo control y fiscalización desde unas
adminnistraciones públicas, que ven como el coste del servicio aumenta
año tras año, y son incapaces de saber a dónde va gran parte del dinero.
Por ejemplo, un caso especialmente "sangrante" de todo esto es lo que
está sucediendo en Cataluña de la mano de CIU. Con un vídeo "El robo más grande la historia de Cataluña" que lo explica con todo detalle (que ya anda por las 200.000 descargas en YouTube).
Las "fórmulas de financiación público-privada, las concesiones de
obra pública y la posterior gestión privada" ya están aquí. Es decir, la
financiación, gestión y prestación de servicios correrá a cargo de
consorcios integrados de empresas constructoras (que levantan el
edificio), bancos (que adelantan el dinero) y aseguradoras y compañías
sanitarias (que gestionan después los servicios sanitarios).
Una vez entregado y privatizado el centro, la administración regional
pagará un canon anual "de nuestro bolsillo" por 25 años (más o menos)
como si fuera un contrato de servicios. Y como a los costes de los
servicios y del mantenimiento del centro habrá que sumar el benecificio
de la empresa (que se queda con los hospitales para hacer negocio,
claro), el coste real aumentará cada año sobre lo acordado, y lo que
supondría una gestión pública directa.
Y para terminar un viejo axioma: si una prueba de diágnóstico es muy
cara y a la empresa engargada de la gestión no le compensa... Pues no se
hace y no pasa nada.
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