El banco iba subastar a la vivienda el lunes. Después de la presión social, hay acuerdo entre entidad y propietarios, para que durante seis meses paguen 250 euros, no 400
Fuente: La Tribuna de Toledo, 22 de febrero
«No hacía falta que hubierais montado este circo» fueron las primeras palabras que recibieron a modo de saludo Javier y los miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca cuando fueron a negociar sus pagos y a impedir que el lunes se subastara su vivienda. Pero al final de la reunión, se evitó el desahucio, y Javier consiguió un respiro, por el momento de seis meses. En sólo diez minutos, el banco aceptó en ese momento lo que la familia había intentado negociar desde diciembre. Su letra mensual se reduce de los cuatrocientos, a los doscientos cincuenta euros, lo que por el momento puede pagar la familia, a la espera de ver si en medio año tiene mayores ingresos y pueden recuperar su antigua aportación, ha cambiado la ley, o se pueden ampliar otra vez estas condiciones.
Elena Escobar y Javier Bernardino tienen dos hijos y viven en Cabañas de la Sagra. Compraron su casa hace diez años. Desde entonces, pagaban unos cuatrocientos euros al año de hipoteca al Banco de Santander. El problema es que Javier perdió su empleo hace seis años, y en estos momentos se ha quedado sin prestación. Todos viven con la pensión de Elena, unos ochocientos euros. Y no da para que vivan los cuatro, pagar los gastos y la hipoteca.
Desahucio. Ante los impagos de la familia, en noviembre llegó un aviso del banco de que se iba a subastar la vivienda. Javier y Elena intentaron negociar con el mismo en diciembre. Les dieron largas, no les contestaban, y tuvieron que mandar un burofax. A partir de ahí, la propuesta del banco fue un alquiler social, por 180 euros al mes. «Yo les dije que por 180 euros, les pagaba 250 y me quedaba con mi casa», recuerda Javier. Pero no había contestación.
La propuesta de la familia no era dejar de pagar la hipoteca, sino aportar lo que podía, con la ayuda de los abuelos de la familia, unos 250 euros al mes. Así lo pidió Javier hace una semana, y desde entonces, día a día, se lamenta, le han ido largas. El miércoles llamó como sesenta o setenta veces, y le colgaban. Hasta la concentración de ayer a las puertas del banco.
En vista de la situación de esta familia, y una vez estudiado el caso, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca se concentró en la mañana de ayer en la puerta del Banco de Santander para pedir una solución. Una veintena de personas apoyó a la familia en su reivindicación. Sobre las diez menos cuarto, el banco aceptó finalmente su propuesta. Ha sido una negociación rápida y sencilla, y la solución se ha alcanzado en tan sólo diez minutos. Javier salió esperanzado por un lado con lo conseguido, pero decepcionado por otro con la situación: ha tenido que convocar a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca para que el banco al fin escuchara su propuesta y le diera una respuesta satisfactoria. Aún así, las formas no han sido las mejores. La Plataforma denuncia la falta de sensibilidad del banco. Pero final, por ahora, no hay desahucio, hasta ver qué pasa en seis meses.
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