viernes, 1 de agosto de 2014

La presidenta blindada, el subdelegado desencajado y los manifestantes arrinconados

Fuente: www.elporvenirclm.com, 31 de julio

En Belvís de la Jara (Toledo) se desarrolló este miércoles durante la inauguración de su centro de salud un escenario propio de un sainete: la presidenta blindada, el subdelegado del Gobierno desencajado, los manifestantes acorralados y los "figurantes" venidos de otros pueblos para arropar a Cospedal en una localidad gobernada por el PSOE.

Todo comenzó cuando las trabajadoras de la residencia de mayores "Tamujoso" de Belvís de la Jara decidieron acudir a la inauguración por la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, del nuevo centro de salud de la localidad, abierto a finales de junio pese a que llevaba terminado desde 2011, para protestar por el impago de sus nóminas ya que el Gobierno lleva casi dos años sin abonar a la empresa que gestiona el centro el dinero correspondiente a las plazas concertadas con la Junta.

Eran unas 40 personas, entre trabajadores y vecinos de Belvís que apoyaban sus reivindicaciones, además de aprovechar la movilización laboral para lanzar alguna que otra consigna contra los recortes sanitarios. 

Al otro lado, junto a la zona de acceso al centro de salud también se agolpaban otras decenas de personas, pero éstas con más ánimos de aplaudir a Cospedal.

Según han señalado vecinos de Belvís, la inmensa mayoría de esas personas llegaron en autocares de varios municipios de la comarca de la Jara, y estuvieron durante todo el acto inaugural aplaudiendo y apoyando a Cospedal.

Pero los manifestantes seguían en sus trece, aunque de manera pacífica. A las trabajadoras se les adeudan cinco o seis nóminas ya que la empresa les paga con mucho retraso debido a que la Junta les debe 19 meses por las plazas concertadas en la residencia, unas 16 de las 38 que cuenta la residencia.

Pese a que los agentes les alejaban poco a poco del centro de salud, tanto que una manifestante admitió a El Porvenir que no llegó a ver a la presidenta, el subdelegado del Gobierno de Toledo, José Julián Gregorio se mostraba cada vez más molesto con las consignas de los manifestantes a la vez que se acercaba la hora de llegada de la máxima responsable del Ejecutivo regional.

Cospedal llegó a la puerta de acceso del centro de salud blindada por un fuerte contigente policial, entre agentes de paisano, cuatro patrullas de la Guardia Civil y por lo menos dos vigilantes de una empresa de seguridad privada, según testigos del acto, por lo que posiblemente ni se enteró del grupo de manifestantes que a una gran distancia trataban de hacer llegar sus reivindicaciones laborales.

La persistencia  de las trabajadoras de la residencia y de los vecinos acabó con la paciencia del subdelegado del Gobierno que, según personas presentes en el acto, conminó visiblemente nervioso y desencajado a los agentes de la Guardia Civil a que identificaran a los manifestantes.

Según una de las personas que participó en la movilización, la Guardia Civil parece que identificó a tres manifestantes, ninguno de ellos trabajadores de la residencia, y retiró a uno de ellos una pancarta relativa a los recortes sanitarios.

Al final, Cospedal decidió en vez de salir por la puerta principal irse por la del área de urgencias, donde estaba aparcado el coche oficial esperándola, por lo que los asistentes, a favor y en contra de ella, no pudieron despedirse de su presidenta.

Y así acabó este peculiar sainete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario