Resulta lamentable calificar a la presidenta de nuestra comunidad autónoma como una cutre pero no existe otra palabra más adecuada cuando se traspasa el límite de la absoluta falta de elegancia. Y también de Cultura con mayúscula: por sus actos la conoceréis.
Es de una cutrez, insultante al buen gusto, que Cospedal haya regalado a los artesanos de la Feria de Artesanía, Farcama, una edición de El Quijote, elaborada por el gobierno anterior, tras haber arrancado previamente las páginas de la introducción escritas por su predecesor Barreda.
Arrancar hojas de un libro resulta chirriante en cualquier caso pero arrancar las hojas de El Quijote para intentar ocultar que la edición fue realizada por el gobierno anterior y censurar de esta manera, tan ostentosamente burda, las palabras del anterior presidente puede resumir dos maneras de ser y de gobernar.
La ofensa no es solo contra la Cultura y contra el espíritu de El Quijote. La ofensa es contra todos los castellano-manchegos.
Arrancar hojas de un libro resulta chirriante en cualquier caso pero arrancar las hojas de El Quijote para intentar ocultar que la edición fue realizada por el gobierno anterior y censurar de esta manera, tan ostentosamente burda, las palabras del anterior presidente puede resumir dos maneras de ser y de gobernar.
La ofensa no es solo contra la Cultura y contra el espíritu de El Quijote. La ofensa es contra todos los castellano-manchegos.
La ofensa no es solo contra la Cultura y contra el espíritu de El Quijote. La ofensa es contra todos los castellano-manchegos.
Eso fue idea de uno de sus asesores. Y menos mal, porque ella tenía pensado tachar el nombre de Barreda con tipex y poner debajo el suyo a bolígrafo.
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