Fuente: CSIF, 1 de marzo
El sindicato independiente dice que con estas entidades se he creado una “Administración paralela” con una forma de acceso y unos salarios distintos y mejores que los funcionarios de las administraciones públicas. Las comunidades autónomas sólo cerraron 275 empresas públicas de las 675 que se comprometieron a liquidar en el 2012.
Los contratados en las empresas públicas de la Administración General del Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos aumentaron en un 5% (7.500 trabajadores) hasta sumar 155.200 personas a finales del 2012.
Por el contrario, las Administraciones Públicas españolas redujeron su plantilla en 2012 en un 6’6% (193.700 personas) hasta los 2.753.000 asalariados.
Para CSI·F esta situación supone un disparate mayúsculo que choca con la política de austeridad que enarbola el gobierno y que exigen nuestros socios europeos. El sindicato recuerda que en el Plan de Reestructuración y racionalización del sector público empresarial, aprobado en marzo de 2012, las CCAA se comprometieron a liquidar 675 entes; pues bien, todavía quedan más de 400, lo que demuestra la inhibición en los ajustes en este ámbito.
Y es que, CSI·F viene años denunciando que la clase política aprovecha estas entidades para colocar a personas afines, cuando no para maquillar todo tipo de datos como aumentar las contrataciones u ocultar deuda de los gobiernos locales o autonómicos. Recordamos que su deuda no computa como déficit y ahí se guarda lo que la administración no puede hacer frente.
Para CSI·F resulta sangrante que la mayoría de los asalariados de las empresas públicas no hayan pasado por un acceso como el de los funcionarios (bajo los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad) y que, además, suelan tener condiciones retributivas más favorables, como premios por no faltar determinados días al año, etc.
Por último, CSI·F considera indignante que se privatice la sanidad al tiempo que aumenta el tamaño de las empresas públicas, algunas con cierto sentido como Loterías o Adif, pero otras disparatadas como las que gestionan estaciones de nieve o circuitos de velocidad.
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