Fuente: La Tribuna de Toledo, 3 de agosto
Para las protestas no existen las vacaciones. Medio centenar de trabajadores del Hospital Virgen de la Salud volvieron a protagonizar ayer una cacerolada a las puertas del centro a mediodía para continuar reclamando «una sanidad pública de todos y para todos», y dejar claro que no piensan callarse ni están dispuestos a que los políticos apliquen «recortes para llenarse los bolsillos», gritaban ayer al unísono entre pitada y pitada.
La concentración de ayer fue la sexta, pero no será la última. La Asamblea por la Sanidad Pública convocará una semanalmente durante el mes de agosto porque la gravedad de la situación tras las medidas que plantean el Gobierno de Rajo y la Junta de Comunidades obligan al colectivo a mantenerse firme en sus reivindicaciones a pesar de que el mes de agosto suele ser vacacional para mucho empleados. Quizá ahí se encuentre el motivo de la escasez de concentrados ayer, puesto que el jueves de la semana pasada la movilización alcanzó un centenar de personas.
A pesar de todo, los concentrados llamaron la atención con pitadas, cánticos, golpes de cacharros y gritos que provocaron que muchos ciudadanos se pararan a observar el panorama. Y mientras tanto, los trabajadores del Hospital del Valle también pararon su actividad durante algunos minutos y salieron a la calle para secundar la protesta.
La Asamblea por la Sanidad Pública pretende que la defensa de la sanidad pública sea compartida tanto por los trabajadores de los centros hospitalarios como por los usuarios, ya que los recortes que se avecinan, según explicó Marcos Zamora, uno de los integrantes, afectarán, sobre todo, a los ciudadanos. Por tanto, realizó ayer un llamamiento para que los toledanos se unan a las protestas y demuestren también su preocupación por la situación.
«Los próximos recortados que sean los diputados». Esa fue la frase más repetida durante la concentración de ayer. Los trabajadores decidieron alargar la movilización dando una vuelta por los alrededores del Hospital Virgen de la Salud, lo que provocó cierta expectación a quienes pasaban por allí a media mañana.
información. La Asamblea por la Sanidad Pública está preparando un documento informativo sobre los ajustes planteados y los efectos negativos sobre este servicio público. En este sentido, Marcos Zamora asegura que el colectivo está ultimando la recopilación de datos para darlos a conocer públicamente en las próximas semanas por su «importante repercusión» tanto en el servicio como en la ciudadanía.
Al respecto, este integrante volvió ayer a insistir en la necesidad de mantener «un modelo sanitario solidario, barato y eficaz». Además, considera necesario que esta protesta cale en la ciudadanía para generar un movimiento global y confía en que se conseguirá gracias a la concentración convocada a primeros de septiembre para mantener vivas las reivindicaciones.
La Plataforma por la Sanidad Pública, que también secundó la movilización del pasado domingo junto a ‘Los lunes al sol’, la Plataforma por la Ley de la Dependencia de Castilla-La Mancha y la Plataforma en Defensa de las Familias numerosas de Castilla-La Mancha, continuará exhibiendo camisetas azules con grandes señales de prohibido recortar a sus espaldas durante mucho tiempo porque no están dispuestos, según ha señalado en varias ocasiones Zamora, a «que se destroce la sanidad ni se deteriore la calidad asistencial».
La concentración de ayer fue la sexta, pero no será la última. La Asamblea por la Sanidad Pública convocará una semanalmente durante el mes de agosto porque la gravedad de la situación tras las medidas que plantean el Gobierno de Rajo y la Junta de Comunidades obligan al colectivo a mantenerse firme en sus reivindicaciones a pesar de que el mes de agosto suele ser vacacional para mucho empleados. Quizá ahí se encuentre el motivo de la escasez de concentrados ayer, puesto que el jueves de la semana pasada la movilización alcanzó un centenar de personas.
A pesar de todo, los concentrados llamaron la atención con pitadas, cánticos, golpes de cacharros y gritos que provocaron que muchos ciudadanos se pararan a observar el panorama. Y mientras tanto, los trabajadores del Hospital del Valle también pararon su actividad durante algunos minutos y salieron a la calle para secundar la protesta.
La Asamblea por la Sanidad Pública pretende que la defensa de la sanidad pública sea compartida tanto por los trabajadores de los centros hospitalarios como por los usuarios, ya que los recortes que se avecinan, según explicó Marcos Zamora, uno de los integrantes, afectarán, sobre todo, a los ciudadanos. Por tanto, realizó ayer un llamamiento para que los toledanos se unan a las protestas y demuestren también su preocupación por la situación.
«Los próximos recortados que sean los diputados». Esa fue la frase más repetida durante la concentración de ayer. Los trabajadores decidieron alargar la movilización dando una vuelta por los alrededores del Hospital Virgen de la Salud, lo que provocó cierta expectación a quienes pasaban por allí a media mañana.
información. La Asamblea por la Sanidad Pública está preparando un documento informativo sobre los ajustes planteados y los efectos negativos sobre este servicio público. En este sentido, Marcos Zamora asegura que el colectivo está ultimando la recopilación de datos para darlos a conocer públicamente en las próximas semanas por su «importante repercusión» tanto en el servicio como en la ciudadanía.
Al respecto, este integrante volvió ayer a insistir en la necesidad de mantener «un modelo sanitario solidario, barato y eficaz». Además, considera necesario que esta protesta cale en la ciudadanía para generar un movimiento global y confía en que se conseguirá gracias a la concentración convocada a primeros de septiembre para mantener vivas las reivindicaciones.
La Plataforma por la Sanidad Pública, que también secundó la movilización del pasado domingo junto a ‘Los lunes al sol’, la Plataforma por la Ley de la Dependencia de Castilla-La Mancha y la Plataforma en Defensa de las Familias numerosas de Castilla-La Mancha, continuará exhibiendo camisetas azules con grandes señales de prohibido recortar a sus espaldas durante mucho tiempo porque no están dispuestos, según ha señalado en varias ocasiones Zamora, a «que se destroce la sanidad ni se deteriore la calidad asistencial».
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