La Plataforma contra la nueva Ley de Caza Castilla-La Mancha,, conformada por más de 40 entidades diversas (ecologistas, ciclistas, animalistas, asociaciones ciudadanas, agentes forestales, empresas y asociaciones ecoturísticas y más) y que ha recogido ya 117.000 firmas contra esta norma, ha hecho un llamamiento en toda España para lograr una asistencia masiva a la manifestación que tendrá lugar el próximo día 21 de febrero, sábado, en Toledo a las cinco de la tarde, desde el Parque de la Vega hasta la Plaza de Zocodover.
Según la Plataforma, la Ley de Caza que Cospedal y su gobierno quieren aplicar en Castilla-La Mancha "es a todas luces una pretensión de convertir esta región en un emporio para las actividades cinegéticas sin medida ni control, atropellando los derechos básicos de los ciudadanos que queremos libremente disfrutar de nuestro entorno ya sea paseando, en bicicleta o con nuestros animales, sin correr el riesgo de ser disparados o expulsados del campo por los cazadores".
Diez razones para acudir
Para los promotores de este acto de protesta hay diez razones para acudir a la manifestación y pedir al Ejecutivo regional, del PP, a que paralice este proyecto.
La primera, es que afecta a todos los ciudadanos, especialmente a aquellos que hagan uso o disfruten del medio natural. así como a todo tipo de actividades, ocio, de investigación, de educación, de recolección, de turismo, etc.
La segunda, es que se prioriza desarrollo de cacerías limitando acceso al resto de ciudadanos del medio natural dificultando el tránsito por caminos, vías pecuarias y zonas de dominio público con el incremento del número de vallados cinegéticos.
La tercera, es que se permitirá abatir perros, gatos y otras especies domésticas, perjudicará gravemente a las especies protegidas y a los espacios naturales.
La cuarta, por espantar la caza antes o durante una cacería, tendrá una multa de entre 1 y 30.000 euros, situación muy fácil ante la absoluta falta de delimitación de áreas, zonas, y días de cacería.
La quinta, es que se permitirá el uso de lazos y trampas así como formas de caza crueles, como el lanceo de jabalí, el perro de madriguera para zorros o los hurones, uso de rifles y ballestas.
La sexta, es que se permite usar armas de fuego a menores de edad desde los 14 años y la séptima, que se autoriza la caza nocturna como modalidad cinegética y disparar desde vehículos en determinadas circunstancias.
La octava es que se permite cazar de una o de otra manera en todas las épocas del año.
La novena, es la casi inexistente responsabilidad a los cazadores en el caso de accidentes por disparo o de accidentes de tráfico producidos por las presas.
La décima y última, es que cualquier modificación que se produzca en la normativa castellano-manchega servirá de ejemplo y puede que provoque reformas en la legislación estatal.
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