jueves, 6 de septiembre de 2012

MANIFIESTO DEL 4 DE SEPTIEMBRE DE LA PLATAFORMA SINDICAL DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS ESTATAL

La plataforma está formada por los sindicatos y asociaciones FEP-USO, FE-USO, ACAIP, SIAT, ASI, SISEX, S-LIBRE, STAJ, GESTHA, SATSE, CESM, USAE, ANPE, STEs-i, UFP, SUP, UNIONGC, FETE-UGT, FSP-UGT, FSS-CCOO, FE-CCOO, FSC-CCOO CEP, AEGC, CSIF y SPP.

                                        MANIFIESTO EN DEFENSA DE LOS EMPLEADOS Y SERVICIOS PÚBLICOS

Como señaladas víctimas de decisiones erráticas, los empleados públicos estamos
convencidos de que la crisis económica en la que España está sumida desde hace
ya varios años está siendo gestionada de manera deficiente por los sucesivos
responsables políticos.

La indudable necesidad de controlar el gasto público se está traduciendo en una
política de recortes en el número de efectivos y en la precarización de las
condiciones laborales, retributivas y sociales de los empleados públicos, y viene
acompañada de una campaña de descrédito de la labor que realizan en todos los
ámbitos de la administración.

Ante ello, las organizaciones firmantes de este manifiesto, representantes de la
totalidad de los colectivos de la función pública, señalamos lo siguiente:

1. Los empleados públicos son los encargados de desempeñar, en nombre del
Estado, los servicios que éste presta a los ciudadanos. De igual manera son
quienes hacen realidad las decisiones políticas y legislativas. Cuestionar el
papel de los empleados públicos desacredita a servicios públicos esenciales
para la sociedad como los que se realizan en la educación, la sanidad, la
seguridad, la atención social y la justicia, entre otros.

2. Esta aplicación práctica de las decisiones políticas ante la ciudadanía precisa
de un personal cualificado. Los empleados públicos españoles acceden a sus
puestos de trabajo después de demostrar ampliamente su cualificación y por
medio de un proceso de selección establecido de acuerdo con los principios
de igualdad, mérito y capacidad que exige la Constitución Española.

3. Los empleados públicos prestan a la sociedad un servicio insustituible como
garantes de la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, al
llevar los servicios esenciales a los lugares más recónditos del país, a donde
no acudiría nunca una empresa privada por una sencilla cuestión de
rentabilidad económica.

4. La estabilidad en el puesto de trabajo, ahora cuestionada por la reforma
laboral, garantiza la independencia del empleado público ante la ejecución
de las diversas políticas y asegura la calidad y permanencia de las
prestaciones que se ofrecen a los ciudadanos.

Estamos convencidos de que hay soluciones y vías alternativas para reducir el
déficit público que excluyan la política de recortes en la función pública: soluciones
que pasan por hacer efectivos los principios de igualdad, capacidad económica y
progresividad que han de inspirar nuestro sistema tributario (art. 31 de la
Constitución), así como por la mejora sustancial del control del gasto público, que
conlleve una asignación eficaz y eficiente de los recursos públicos, sin recortar los
gastos sociales ni afectar negativamente a los empleados públicos.

Desde ese convencimiento, y entendiendo la necesidad y urgencia de realizar
ajustes económicos y la contribución solidaria de todos para sacar a nuestro país de
la profunda crisis económica en que se encuentra, y observando que no se
extienden al recorte de otros gastos menos justificados, ni se centran en la
posibilidad de incrementar los ingresos a través de nuestro sistema fiscal apelando
a la solidaridad de las capas más favorecidas de nuestra sociedad, proponemos:
· La adopción decidida y urgente de las medidas necesarias para afrontar una
verdadera lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal, incluyendo
una reforma en profundidad de la AEAT que optimice sus recursos y
potencie una investigación centrada en los grupos y sectores con mayores
bolsas de fraude. Así podremos reducir la economía sumergida a los niveles
de los países europeos de nuestro entorno, lo que nos aportaría una
recaudación anual adicional de 38.500 millones de euros.

· La modificación de la actual desproporción entre los tipos efectivos a los que
tributan las grandes sociedades y los que gravan a las microempresas y
pymes, mediante el aumento de cinco puntos en el nominal a los beneficios
superiores al millón de euros, acercando así también el esfuerzo fiscal de las
empresas al de las familias españolas, lo que supondría 13.900 millones
adicionales.

· La implantación, en los términos aprobados en el Parlamento Europeo, de un
impuesto a las transacciones financieras, que, según la Comisión Europea,
supondría una recaudación en torno a los cinco mil millones de euros en
España.

· La creación ,en el año 2013, de un impuesto sobre la riqueza que supere los
defectos y cierre las vías de elusión del actual impuesto sobre el patrimonio,
temporalmente recuperado sólo para 2011 y 2012, que podría aportar 3.300
millones anuales.

· La exclusión de las ganancias patrimoniales especulativas del concepto de
rentas del ahorro en el IRPF, así como la modificación de la Ley de
Instituciones de Inversión Colectiva, para establecer un porcentaje máximo
de participación en las SICAV que no supere el 5% de su capital máximo
estatutario. Medidas que incrementarían la recaudación en 1.500 millones
anuales.

Por último, instamos a los gobernantes y a todas aquellas personas con relevancia
mediática a hacer recaer sus críticas sobre las verdaderas causas que han llevado a
nuestro país a la situación de déficit, paro y deuda pública en que se encuentra. En
situaciones de grave crisis, como la que vivimos, no caben las declaraciones
irreflexivas sobre los servicios que presta el Estado a través de sus empleados
públicos ni sobre el rendimiento profesional de éstos, sobre todo cuando su único
objetivo es crear polémica y no aportar soluciones.

Por todo ello, las organizaciones sindicales y profesionales firmantes de este
manifiesto, conscientes de que no se puede devaluar la importancia de la función
pública ni del servicio que presta al conjunto de los ciudadanos, exigimos a todos
los responsables políticos una implicación activa en la defensa de los empleados y
servicios públicos.

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