Editorial de Luis del Olmo, 24/10/2012
Cuando se critica a los funcionarios, se olvida que funcionario es el médico que nos cura, el policía que nos protege, el bombero que apaga el fuego o el maestro que enseña a nuestros hijos.Sin funcionarios no funcionaría el país, todos ellos han tenido que trabajar duro para aprobar unas oposiciones, y ahora también están pagando la crisis. Se les ha quitado la paga extra de Navidad, pero Hacienda anuncia que van a cotizar como si la hubiesen cobrado. O sea que en diciembre recibirán menos dinero que en noviembre. Menudo regalo de Navidad les espera.
Pero además de los funcionarios, están los enchufados, los que cobran un sueldo público, pero han sido colocados a dedo. Algunos fueron elegidos por méritos propios, pero la mayoría están ahí por sus afinidades políticas o familiares. Es un escandaloso séquito de amiguetes y parientes.
Por poner un ejemplo, que desgraciadamente no es el único, la Junta de Andalucía tiene una administración paralela de más de 130 empresas donde trabajan 26.000 personas, que nunca han pasado pruebas de selección para acceder a esos empleos. Increíble, pero cierto.
Seamos precisos. Salvemos a los funcionarios, pero que la tijera recorte a los enchufados a dedo. Y de paso, también al dedo.
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