martes, 24 de junio de 2014

Carta de un trabajador de la sanidad pública de Toledo

Fuente: www.eldiario.es de Castilla-La Mancha, 23 de junio

Mi nombre es Luis Pérez Mateo, y llevo trabajando en el Hospital Virgen de la Salud desde hace más de 40 años.

Desde el comienzo creo haber trabajado, y sigo trabajando, para favorecer la mejora de la salud de los ciudadanos; entiendo que a ello colaboro si realizo lo mejor posible mi trabajo; así mismo creo que la mayoría de los trabajadores realizan sus tareas de la mejor manera posible para conseguir el mismo fin: el cuidado y la mejoría de la salud de los ciudadanos. Aunque, seguramente, en no pocas ocasiones, hemos podido cometer errores.

Creo que la mayoría de los trabajadores del Complejo Hospitalario se sienten razonablemente implicados en esa tarea común, aunque sin duda deben existir excepciones. 

Siempre he tenido el sentimiento de que nadie sobraba en esa tarea colectiva y conjunta de ocuparse de las enfermedades de los ciudadanos, y de que cada uno aportaba su buen hacer, desde su propia función.

Hace ya muchos años se privatizó el servicio de limpieza, y hace tan solo cerca de cinco años, con el PSOE en el Gobierno de Castilla-La Mancha, las autoridades del SESCAM privatizaron el servicio de lavandería y, parcialmente, el decocina. Desconozco los costes pasados y actuales que ambos servicios suponían, y aún suponen, para las arcas públicas, pero creo poder decir que tanto la limpieza como la lavandería y la cocina no sólo no han mejorado en nada a las que existían antes de las privatizaciones, sino que han perdido notablemente la calidad que, como servicio público, ofrecían con anterioridad. 

Las mejoras realizadas a lo largo de estos años se han hecho por el impulso público y con los trabajadores públicos. 

Hoy, los dirigentes actuales de la Junta de Comunidades y del SESCAM, en nombre de las políticas propiciadas por el Partido Popular, pretenden privatizar todos los servicios "no asistenciales" del Complejo Hospitalario. Fundamentan su decisión en la necesidad de ahorrar y en la afirmación (implícita) de que los trabajadores de una empresa privada serán más eficientes que los trabajadores públicos, aunque nosotros creemos estar desarrollando eficazmente nuestra labor bajo la autoridad de nuestros jefes y sin necesidad de ningún empresario ajeno a las instituciones sanitarias. 

Pero, no explican en absoluto ni cuánta pretende ser la actividad a realizar, ni qé indicadores de calidad deben mantenerse y con qué criterios van a medirse, ni mucho menos cuánto va a ser el ahorro producido en los próximos años como resultado de dichas privatizaciones. 

Considero que este propósito de los actuales dirigentes del Partido Popular en Castilla-La Mancha constituye, en primer lugar, una auténtica dimisión de las obligaciones que tienen contraídas con los ciudadanos y trabajadores que sostenemos la Sanidad Pública; en segundo lugar, es un atentado contra los trabajadores, y en tercer lugar, es un escamoteo más de un servicio público que no es de su propiedad, sino que nos pertenece a todos.

A mi parecer, se trata de una apuesta pública aparentemente sustentada en el vacío, puesto que indica que, manteniendo el necesario nivel de atención y los estándares de calidad a los que los usuarios tenemos derecho, la gestión privada sea más eficiente que la gestión pública de la que nuestros dirigentes políticos -ellos sí- están "abdicando". 

Más bien parece que, como propone el neo-liberalismo al que representan, estos dirigentes van disolviendo la misma idea de "lo público", de "lo común", para convertirnos a todos más en competidores más que colaboradores, más en "gestores de lo propio frente a los otros" que en "conciudadanos colaboradores" interesados en lo que nos es común, es decir, en eso que de forma muy mayoritaria no podríamos obtener individualmente, sin la colaboración de todos los ciudadanos.

Solo ello explica verdaderamente que, a los costes derivados por las actividades sanitarias y por las que son necesarias para desarrollar aquellas, nuestros políticos sumen los costes que suponen los beneficios de aquellas empresas que resulten adjudicatarias para el desempeño de esas actividades que, hasta ahora, han venido realizando los diferentes estamentos del personal público que nuestros actuales dirigentes pretenden privatizar.

Además, experiencias recientes en otras Comunidades Autónomas, dejan pendiente la respuesta a la legítima pregunta de los ciudadanos acerca de quiénes ostentan la titularidad de dichas empresas, así como la sospecha sobre la clase de relaciones existentes entre otros titulares y aquellos dirigentes. 

En consecuencia, mediante esta carta pública, manifiesto mi más firme oposición al proceso de privatizaciones emprendido por los actuales dirigentes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y del SESCAM. Solicito a los trabajadores y usuarios que se sumen en la defensa de lo público, acudiendo a cuantos actos se realicen en defensa de la Sanidad Pública, puesto que, si la legalidad vigente puede asistir a los dirigentes del SESCAM y de la Junta de Comunidades, es necesario mostrarles que no cuentan con la legitimidad que sólo procede de los verdaderos propietarios de la Sanidad Pública. 

Luis Pérez repartió esta carta en la concentración frente al Hospital de Toledo el 23 de junio de 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario